Al igual que muchos aficionados en todo el país, nos encontramos indignados por lo sucedido en Querétaro y Monterrey luego de que verdaderos barbajanes ocasionaran destrozos y agredieran a quienes asistían a disfrutar de un partido de fútbol, el saldo: la indignación mundial por lo que se permite en México, es la realidad, ya se debe hacer algo para poner orden en el deporte.
Primero: en el caso de La Corregidora, en Querétaro; a quien se le habrá ocurrido colocar a las dos porras juntos, en verdad que si alguien sospechara que fue intencional todo apunta a que asi fue, es de todos conocido que la Barra 51 es una de las más agresivas del medio, recordemos que ahi surge el grito cuando el portero se dispone a despejar desde su portería (eeeeeeeeeehhhhhhhhhhhh ppppppuuuuuuuuuttttttooooooooo) así que solo era cuestión de tiempo para que la bomba explote en las gradas, afectando a las familias que asistieron y PAGARON un boleto para ver el fútbol en la cancha, teniendo la directiva local la OBLIGACION de ofrecer seguridad y un buen espectáculo de parte del equipo. Como se puede afectar a alguien conocido nadie hace nada, no pasará de una conferencia de prensa y la amenaza de que habrá mano dura y ya se cerrarán las filas en torno a eliminar la violencia, sin embargo se siguen pagando porras, barras, grupos de choque y golpeadores, el caso es ganar y nada más.
Segundo: En el caso de Tigres, con la ratificación de Guzmán al frente del equipo después de haber demostrado que simplemente el tiempo ya no era el suyo con el equipo, que triste pues es buen técnico, esto ocasionó y acumulo la ira y el enojo en una de las aficiones mas nobles del fútbol mexicano, una afición que ha sufrido un descenso, malas temporadas y el recién campeonato obtenido por sus acérrimos rivales, los Rayados, pero pese a las promesas y engaños de que esto iba a mejorar, la afición esperaba que se cumpla como verdaderos profesionales, pero no fue así, la visita del Toluca indicaba peligro pero simplemente no previeron, signo de no importarles en lo más mínimo la seguridad de su afición, que más que afición la consideran como una fuente de ingresos, el corazón aqui no existe y la razón menos.
No intento justificar la violencia, al contrario, estoy realmente preocupado pues a nadie parece importarle el hecho de convertir los estadios, tan bellos en nuestra nación, en campos de batalla de pseudo- aficionados que realmente son verdaderos terroristas pues una pequeña pelea puede desatar una carrera mortal en las gradas, esperemos que esto no llegue a suceder y alguien haga algo para detener YA el avance de la violencia, en cuanto a la federación si cambiara el sistema del descenso en la Liga se evitaría mucho equipo piojo y mediocre, en el caso de los equipos favorecidos entonces se preocuparían por tener a verdaderos profesionales en las directivas y en el terreno de juego, pero en tanto sigamos soportando y tomando todas las medidas preventivas para no sufrir de la violencia, creo que somos más quienes queremos paz y deporte que los que quieren su dinero y nada más.
¡ Ya Basta!
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