Al igual que muchos aficionados en todo el país, nos encontramos indignados por lo sucedido en Querétaro y Monterrey luego de que verdaderos barbajanes ocasionaran destrozos y agredieran a quienes asistían a disfrutar de un partido de fútbol, el saldo: la indignación mundial por lo que se permite en México, es la realidad, ya se debe hacer algo para poner orden en el deporte.
Primero: en el caso de La Corregidora, en Querétaro; a quien se le habrá ocurrido colocar a las dos porras juntos, en verdad que si alguien sospechara que fue intencional todo apunta a que asi fue, es de todos conocido que la Barra 51 es una de las más agresivas del medio, recordemos que ahi surge el grito cuando el portero se dispone a despejar desde su portería (eeeeeeeeeehhhhhhhhhhhh ppppppuuuuuuuuuttttttooooooooo) así que solo era cuestión de tiempo para que la bomba explote en las gradas, afectando a las familias que asistieron y PAGARON un boleto para ver el fútbol en la cancha, teniendo la directiva local la OBLIGACION de ofrecer seguridad y un buen espectáculo de parte del equipo. Como se puede afectar a alguien conocido nadie hace nada, no pasará de una conferencia de prensa y la amenaza de que habrá mano dura y ya se cerrarán las filas en torno a eliminar la violencia, sin embargo se siguen pagando porras, barras, grupos de choque y golpeadores, el caso es ganar y nada más.